Faig ús d’un lloc comú: “Si el Manolo Vázquez Montalbán
aixequés el cap...”
He anat a conèixer la plaça que l’ajuntament de Barcelona
ha dedicat a la seva memòria. Si algú té la sort de no saber on és, li recomano
seguir en l’ignorància. Només dos detalls i que no serveixin d’excepció: les
oficines d’UGT desgracien una façana moderna, impersonal que no té res que
veure amb el Raval de l’enyorat Pepe Carvalho i una horrorosa torre cilíndrica,
que vol ser molt moderna, ens oculta a la vista Casa Leopoldo.
Recordo les seves paraules després de rebre el Premio
Planeta: no demanaria perdó per haver-lo rebut, ni demanaria disculpes per ser
comunista, així com seguiria recomanant la lectura de l’Autobiografía de Jorge Semprún. En una taula, mig amagat, Pepe
Carvalho, sorneguer, ja pensava en el proper llibre per encendre la llar de foc
a Vallvidrera. Potser seria Los mares del
sur.
Allà trobo: “Hace tiempo leía libros y en uno de ellos
alguien había escrito: quisiera llegar a un lugar del mundo del que no quisiera
regresar. Ese lugar lo busca todo el mundo. Yo también. Hay quien tiene léxico
para expresar esa necesidad y hay quien tiene dinero para satisfacerla. Pero
millones y millones de personas quieren ir hacia el sur”.
EL CARTERO HA TRAÍDO EL BANGKOK POST
el Tahilandia Travel
una carta sellada
la muerte de un ser querido
para la muchacha de mi American Breakfast
cada
mañana
aunque he pedido mi carta
no estaba
o no me la han dado compasivos
con el extranjero que espera vida o muerte
ignorado en un rincón de Asia
el cartero nunca llama dos veces
viaja en una Yamaha
y sonríe en la ignorancia
de que la distancia
permite a la memoria cumplir nuestros deseos
Difícil el amor sin trastienda
sin despensa ni llave en el ropero,
una tarde, un puerto, una estela,
un libro, un ritmo, una muerte
desacreditada como un truco de naipes
y al resucitar
duras aristas de fachadas,
latidos de reloj y corazón prohibido, volver
a ponernos la camisa a media asta,
agradecer la soledad que me has quitado
que te he quitado
una tarde, una estela
descreditado el tiempo, el mito
del acaso
de la sabiduría convencional
amado y amante, turba el amor
sólo el miedo
un seguro de entierro y naufragio, respeta
las páginas y no sabremos antes de tiempo
en qué muerto termina esta ventura
quién
se quedarà de sal en la ciudad perdida.
(Ars amandi, VI. Una educación sentimental, 1970)
I, a la memòria... Un, cents, milers de Manolos Vázquez
Motalbán.